PRÁCTICA 0
Durante los primeros días de clase hablamos de nuestras
expectativas sobre esta asignatura y
ahondamos en cuestiones relacionadas con la lengua y la literatura y su
didáctica. Ahora bien, ¿se enseña bien
lengua?, ¿y literatura?
Si echo la vista atrás, y me sitúo durante mi época
primaria, las clases de lengua no iban mucho más allá de la lectura de un
pequeño texto, a continuación preguntas sobre el mismo y ejercicios y más
ejercicios sobre el aspecto gramático u ortográfico que en ese momento tocara. El
enfoque comunicativo (que ahora va tomando importancia dentro del aula)
brillaba por su ausencia. Por tanto el uso de la lengua, la comunicación oral y en definitiva hablar lo
hacíamos en el patio.
Si avanzo un poco y me sitúo en el instituto, la cosa no
mejora. Las clases de lengua son parecidas a las del colegio, añadiendo las
oraciones subordinadas (no había día que no las trabajáramos en clase). Las clases
de literatura, no eran mejores, leíamos libros impuestos por el profesorado
para luego hacer un comentario de texto a partir de un esquema, así que esta
actividad se convirtió en algo muy mecanizado y creo que la lectura de
literatura ha de ser de todo menos mecanizada.
Por todo esto, la pregunta que yo me planteo de cara al
futuro es ¿seré capaz de enseñar lengua y literatura de manera que genere interés
a los alumnos?
En relación a todo lo dicho, puede estar la respuesta a
lo que se plantea en el texto “Universitarios y Lectura”. La mayoría de los
universitarios no destaca entre sus aficiones leer, a pesar de que consideran
la lectura como una actividad importante. Esto, puede ser debido a que durante
el curso nos vemos “obligados” a leer una serie de libros, que se alejan
bastante de nuestros intereses y para aprobar un determinado examen. En estos
casos, la lectura es una imposición, y cuando te imponen algo deja de generarte
interés, es decir lo lees porque lo tienes que leer, no porque lo quieres leer.
La finalidad de este tipo de lecturas no es entretenerte o divertirte, sino que
es aprobar un examen. Debido a todo esto, vamos relacionando lectura con
obligación, aburrimiento, etc. Y creo, que es por esto por lo que los
universitarios fuera del ámbito académico cada vez leemos menos.
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